
Recuerdo pasear rodeado de frío y lana. De noche otoñal, con los crujidos de las hojas secas bajo mis pies. Puede que fuera un bulevar, no estoy seguro. Parejas besándose en los bancos tal y como había hecho yo también a su edad. En aquel tiempo, ¿era rico o pobre? O mejor, ¿quién era? Ahora recuerdo, eran las Ramblas, con los kioscos abiertos de madrugada. Claro, mi familia ya dormía en sus camas oscurecidas y blancas del hotel, tranquilos y calientes. Recuerdo recuerdos: mientras paseaba pensaba en el Duero y su sonido, tan perfecto que lo hacía siniestro. Se me ocurrió que no estaría mal caminar eternamente a lo largo de la orilla del río, sólo con el ruido de sus aguas como compañía. Pensé que la soledad no sería una mala idea. Hoy me cuesta recordar la palabra Duero, he olvidado quién era mi familia, no puedo pasear y sólo oigo el viento chocar contra las paredes de esta cárcel. ¿Dónde estoy? ¿Cómo llegarán estos papeles a ti? ¿A ti? ¿Por qué a ti? ¿Quién eres tú?
1 comentario:
<(…) quien pudiera como tu
a la vez quieto y en marcha,
cantar siempre el mismo verso
pero con distinta agua(…)>
Gerardo Diego-Romance del Rio Duero, a colacion de
K.Hooker
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