martes, 24 de abril de 2007

El Juan Palomo de la música



Bueno, con unos días de retraso os pongo por fin el post referente a la tercera pata sobre la que se asienta en la actualidad el rock progresivo. En anteriores textos os he hablado de las variantes místico-burra que representa Tool y de la desparramado-panchita de The Mars Volta, así que nos quedaba hablar de su variante estilosa, ocupada por Steven Wilson.
Y es que este tipo de aquí al lado (retratado de forma sublime por Kaplan) es el cerebro de una serie de formaciones bien variopintas desde las cuales practica y revoluciona este rock progresivo de una forma tan rica en ideas como no se veía desde los tiempos de Robert Fripp.
Podríamos decir que el centro de todo es Porcupine Tree, una banda que comenzó Wilson como único miembro en la escena underground inglesa de los ochenta y en la que se rastreaba una influencia bien clara de unos oscuros Pink Floyd. Letras y melodías alucinadas, como aquel Voyage 34, su segundo LP, consistente en cuatro cortes instrumentales bañados en LSD hasta las cachas, en los que un riff claramente reminiscente del Another brick in the wall iba y venía como la consciencia en pleno viaje psicotrópico. Conforme el éxito fue llegando, Wilson se vio obligado a reclutar miembros para el directo de Porcupine Tree que acabarían formando parte de la banda a tiempo completo.

Su estilo cada vez se va desprendiendo más y más de los manierismos más lamentables del rock psicodélico mientras se empapa de nuevas influencias tan variopintas como el kraut rock de los setenta o, más adelante, el death técnico de grupos como Opeth o Meshuggah, todo ello sin abandonar en ningún momento su estilo propio, con ese aroma tan puramente británico, que le lleva a estar unido "espiritualmente" a otras formaciones como Depeche Mode, los primeros Radiohead, Muse o, si me aprietas, U2.

Esta segunda época, más abierta para los oídos novatos en este estilo, está conformada por irregular (y en sus puntos altos, formidable) Stupid Dream, el perfecto Lightbulb Sun (el nexo entre la etapa psicodélica y la actual), el mediático y perfectísimo In absentia, el más duro Deadwing y el más ambicioso Fear of a blank planet, que acaba de salir estos días y en el que son más patentes que nunca las secuencias del kraut y los riffs asesinos del death.

Por otro lado, conforme su figura se iba haciendo más importante, formó junto con el músico y activista israelí el formidable dúo Blackfield, más orientado al art rock. Y, anteriormente, ya había formado otro -fabuloso- dúo, No-Man, de música ecléctica e intimista con el cantante Tim Bowness, y dos instrumentales, uno de música electrónica, Bass Communion, y otro de kraut rock puro y duro, IEM (Incredible Expanding Mindfuck).

Muchos nombres, demasiada información, pero la verdad es que el tío es un puto genio, qué queréis que os diga. Aquí os dejo algunas cancioncillas para que veáis de que va la vaina. De todos modos os recomendaría que os bajárais In absentia, Deadwing o Fear of a blank planet porque son cojonudos, así como los dos álbumes de Blackfield (no tienen título).

NOTA: si no se reproduce cualquiera de los archivos de música, actualizáis y lo volvéis a intentar, que a veces se quedan trastabillados. Y ojo con la segunda, es larga, pero tiene una parte central que es la leche, escuchadla entera de fondo y veréis cómo os sorprende.

Porcupine Tree - Shallow

Porcupine Tree - Anesthetize

No-Man - Iris Murdoch cut me down

Porcupine Tree - Way out of here

Porcupine Tree - Sentimental

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No es bueno comerte la polla a ti mismo mientras escuchas este tipo de música.
Hay actividades más saludables

Antonio Villarreal dijo...

Una pregunta estúpida: ¿el tipo va descalzo en tu prodigiosa, estupenda, overwhelming, etc. instantánea?

Mr. Kaplan dijo...

Nah, lo cierto es que de overwhelming tienen poco, poco; más bien son una castaña, pero la hica con mi pocbre cámara portátil cuando aún pensaba que el photoshop era un juego de la play. Por cierto, qué gran palabra overwhelming, me acojona hasta escribirla.
Y sí, sale descalzo a todos los conciertos. Si los grandes hombres se visten por los pies, los grandes músicos se desnudan por los pies, amigo mío.