martes, 28 de marzo de 2006

Matrix recycled (y II)

Parece que les gustan los truños, señores. Me ha costado Dios y ayuda hacerles esperar hasta hoy para poder hablar de las secuelas de Matrix. Lo que creía que era un mal endémico de mis amigos de toda la vida ha resultado ser una conducta habitual. Está bien, tomo nota de sus apetencias para futuras aportaciones.
Matrix acababa con un falso final, un continuará que, con sinceridad, me parecía bastante correcto, ya que dejaba a la imaginación de cada uno cómo el tal Neo iba a conseguir liberar al resto del mundo del yugo de las máquinas. Pero no, los Wachowski salieron envalentonados de esta aventura y decidieron darlo todo por otra tajada millonaria. Agotada ya esa fuente de ideas que representaba Grant Morrison, decidieron seguir hacia delante a base de pura megalomanía.
Los nombre pomposos procedentes de la cultura clásica y la religión cristiana resultaban lo suficientemente petulantes como para pasar por trascendentes ante las masas, así que, ya puestos, se dijeron los hermanitos, vamos dar la forma de trilogía a nuestro invento para que adquiera connotaciones épicas y diremos que lo teníamos pensado así desde el principio. Las rodaremos a la vez, continuaban razonando los brothers, que da la idea de que es una empresa colosal, pero las estrenaremos con seis meses de diferencia, para que la gente vaya en manada y, entre medias, podamos volver a darles el tocomocho. El tocomocho venía, esta vez, en forma de despliegue multimedia y frontal: se estrenaban videojuegos y cortos de animación de todo tipo (ordenador, anime…), cuyas historias corrían paralelas a la narración principal.
El caso es que esa narración principal era una basura. Lo importante era epatar al respetable mediante sofismas que parecían molones o técnicos o metafísicos pero que no tenían nada dentro, como buenos sofismas. Eso sí, en Matrix Reloaded (la segunda parte, vamos) se creó una carretera entera para una escena de persecución automovilística, aparecían 300 agentes Smith (no pregunten por qué), salía un tipo al que no se le entendía nada al hablar (o eso pensaban ellos) y, además, se mostraba (por fin) Sión, guau, la legendaria ciudad de la resistencia y patatín patatán. En realidad, más que de una ciudad se trataba de una macrodiscoteca (unión perfecta de La Nuit y el espectáculo de Mayumaná) en la que los rebeldes se ponen a bailar como descosidos a base de tripis la noche antes de la invasión de los robots o algo así.
Pero esta confrontación final llegaría en Matrix Revolutions, el último (esperemos) parto de la saguita, en la que ya no nos importa un carajo lo que le pase a Neo. Durante el plomizo metraje de esta tercera entrega no hay más que una especie de videojuego de naves que transcurre en Sión mientras Neo, para no perder la costumbre, vuelve a zurrarse la badana con el agente Smith (uno de ellos, porque resulta que ahora son miles) al más puro estilo Bola de Dragón, como bien apuntaba Ganzúas en el anterior post. El final es tan tonto y baladí que obvio comentarlo.
Lo único bueno que tiene todo esto es que, siempre según una muy personal teoría que desarrollaré aquí más pronto que tarde, sirvió de punto de partida para esa maravilla titulada Terminator 3 (los que la han visto lo comprenderán; los que no, créanme de momento). Por lo demás, a la papelera de reciclaje con los hermanitos.
Mañana prometo tratar un tema más profundo. Perdonen, pero tenía que desahogarme.

El conglomerado Matrix, orquestado por los señores Wachowski, está a su disposición en cualquier punto de la cadena de consumo mundial, en cualquier tipo de producto. ¿Toallitas de Matrix? Quinta planta, por favor. ¿Whatisthematrix? Ya lo dijo Gustavo, Matrix eres tú.

7 comentarios:

Pablo dijo...

(Léase con voz de Benito) Matriz 2 y 3 son asssquerossssaassssssss

Anónimo dijo...

matrix revolutions está mucho más cerca de la primera,no sé si porqué la Reloaded asustó al público o si ya lo tenían pensado.

La segunda puede ser un truño en cuanto al contenido(que lo es),pero los efectos especiales hacen que me la haya visto unas cuantas veces solo para ver la escena de la autopista y a Neo haciendo meleé con los Smith.Eso sí,el francés y el chino d las llaves son para un post aparte.
Y la tercera pasa más de mitología ciberpunk y vuelve a dar acción por un tubo(la escena de los mekas,pr ejemplo).No es como la primera,pero está bien.

Si hay alguien con dos huevecillos que quiera "profundizar" hay un libro de dos españoles que explican paso a paso los mundos de matrix.

GANZUAS dijo...

Sí, nos gusta la acción a raudales, pero queremos a un hijo de la gran puta o a un fracasado, no al maricón de Neo. Sobran muchas mariconadas de guión pero hay algunas escenas de acción que son de libro.
PD:me han dicho que Morfeo va a abrir una discoteca.

Mr. Kaplan dijo...

El problema es que todo eso de los mekas no me importa. O sea, paso de ver un videojuego, prefiero jugarlo, y Matrix revolutions no es más que un coñazo de tiros y basura conceptual. En cuanto a reloaded y su carretera, insisto, sin querer resultar pesado, a terminator 3. En cuanto a toda la escena del francés, los gemelos que son muy temibles pero que mueren en un plis y el chino lleno de llaves con cara de agilipollado y que no sirve para nada (como el otro chino, el guardaespaldas del oráculo); eso son palabras mayores de la tontería y la tomadura de pelo. Como el propio agente Smith, qué coño le pasa a ese hombre?
Hay que ver; si somos crédulos y aceptamos que matrix era una obra personal y que se curraron (algo que, como hemos visto, es muy discutible), hay que ver, decía, cómo se corrompen los sueños por unos millones más. Joder, es que no les importa que su obra se haya convertido en una mierda mercadotécnica (todo esto, insito, si creemos, en su buena intención y desechamos la teoría del plagio indisimulado)

Mr. Kaplan dijo...

Y, en efecto, Ganzúas, todo esto no evita que estemos ant escenas de acción brutales como el enfrentamiento de Neo y los Smiths en Reloaded o la carretera, nada más. Porque mantengo mi postura: Revolutions no me pone un pelo, ni siquiera sus escenas de acción, no me interesa y punto.

Pablo dijo...

El chino de las llaves recuerda 'sospechosamente' a San Pedro.

El francés, simplemente, apesta.

Mr. Kaplan dijo...

Yo más bien le veo como Sampedro (Ramón). Y sí, de nuevo, Ganzúas (joé, hemos pasado demasiado tiempo de nuestras vidas juntos), queremos perdedores e hijos de puta fracasados. Queremos, como ya dejé en un comentario del post anterior, a Bruce Willis