
A pesar de que se esté frente a un blog, siempre aparece la duda ante la primera página escrita (o post), ante la primera frase, la primera palabra. Y, tras ella, el temor ante las propias posibilidades: ¿dos páginas más, quizás quince, jamás cincuenta? No obstante, no me faltaba razón ni siquiera en la primera línea: esto es un blog, así que a tomar por culo, fuera miedos. George Kaplan actuaría así, qué cojones.
Quién es George Kaplan, me preguntas. Con razón. George Kaplan no existe; es un personaje ficticio de una obra ficticia realizada en tiempos ficticios (sigue buscando). Tiempos de autobombo indiscriminado, de pesadillas art-decó hechas política, de apariencias convertidas en hábito. Como ocurre en Ciudad de cristal (“le dijo a sus amigos que había heredado un fondo fiduciario de su esposa. Pero la verdad era que su esposa nunca habia tenido dinero. Y la verdad es que no tenía amigos”), nos mentimos porque aligera el espíritu de forma más sana y barata que los narcóticos. Bienvenido al mundo de las mentiras, bienvenido al mundo ficticio.
Al igual que los protagonistas del peliculón que da nombre a este blog (Están vivos, bajáosla ya, por Dios, que está protagonizada por el gaitero de Pressing Catch), una vez que nos hayamos dado cuenta de nuestras mentiras, abramos los ojos y echemos un vistazo como Dios manda a lo que nos rodea, por mucho que nos acojone. A partir de ahora, por estas líneas, recomendaciones para el niño y la niña que quiera sentirse un poco más inquiet@.
Y para no dejaros sin nada que llevaros a la boca el primer día, Donald Sutherland os dice hasta luego: “la vida está montada al revés: uno debería empezar muerto, jugar al golf unos años con un reloj de oro, luego trabajar durante un tiempo, ir a la universidad, buscar experiencias y probar los ácidos, ir a la escuela secundaria, jugar durante unos años, pasar nueve meses en un vientre y terminar en un orgasmo”. Amén.
3 comentarios:
Yo más que nacer al revés preferiría vivir en un bucle temporal entre un jacuzzi y una tostadora (o una cama y un bar, o un hipódromo y una peluquería de lesbianas)Pueden pasar las mismas cosas que en la vida entera de un funcionario.
Deseo a tu blog una vida más larga que el de la CoNeJa, carpe bebem.
Sí, hombre, la verdad es que, puestos a pedir, el padre de Jack Bauer (no lo olvidemos)se ha quedado pelín corto. ¿Cómo sería nuestra vida soñada al revés?
A ver, podríamos nacer muriendo como Atila, follando en su 341º noche de bodas, conquistar el mundo durante unos años a base de peyote o semejantes que nos hiciera pasar por líderes de masas, tener otras 340 noches de boda con las mejores doncellas del continente, cortarle los cojones al primero que nos llevara la contraria, ser coronado como justo y equilibrado dueño de dicho continente tras tirarnos cuarenta años a sangre y fuego por él, pasar una infancia feliz comiendo jabalí asado, perder el entendimiento mientras nos menguan los dientes, ser una bolita rolliza y convertirnos en un orgasmo.
Mola. Y la vuestra?
Jesus-fucking-Christ! imagínate que llega el final de tu vida y te aproximas a una clínica de inseminación. Ooooh Dolly, esto puede ser el fin.
Lo que más me molaría a mí sería nacer de forma violenta. Aparecer de repente en el morro del dirigible Hindenburg mientras arde. Quizá de este modo aprenderíamos a valorar más el dolor que lleva al placer, como en La Lotería de Babilonia.
Publicar un comentario