jueves, 23 de marzo de 2006

Los perros de Tíndalos III: El viaje del viejo

El viejo Breccia había venido a Europa por motivos profesionales. En Sudamérica había dejado atrás, por unos días, las dificultades de su país, lastrado por los atentados de las extremísimas izquierda y derecha de la época y en el cual Perón preparaba su segundo desembarco. Las condiciones en las que vivían los autores de cómics no atravesaban su mejor momento, pero ni mucho menos tenían visos de mejorar. Personalmente, el viejo Breccia tampoco podía presumir de nada. Tras haber dibujado los guiones de su colega H. G. Oesterheld en El eternauta, la industria argentina de la historieta había tocado fondo y el viejo tuvo que vender sus historias al viejo continente. Además, pronto se cumpliría el décimo aniversario de la muerte de su esposa, por cuya frágil salud tanto se sacrificó en balde el viejo. Aún seguía añorándola.
Aquel día tenía que coger un tren desde Madrid hasta Milán y compró una novela para pasar el rato mientras duraba el viaje. De entre todas las que vendían en el kiosco de la estación, eligió, quizás movido por algún impulso proveniente de la infancia, El horror de Dunwich, de H. P. Lovecraft, de quien tantos relatos leyó de niño en la revista Weird Tales. Para cuando llegó a su destino, el viejo Breccia había tomado una decisión.
Siempre desafiando las convenciones de la ilustración, siempre a la busca de una vuelta más de tuerca, tenía la intención de volver a hacer otra gran obra, pero esta vez sin la ayuda de su mano Oesterheld. Esta vez el argumento lo pondría Lovecraft; de nuevo, el genio lo pondría el viejo. Para conseguir transmitir en un dibujo todo lo que el de Providence mostraba con su verborrea ampulosa, Breccia optó por no mostrarlo. Dibujos abstractos, collages imposibles, masas informes, pinceladas desconcertantes, manchas amenazadoras, así fue como el viejo consiguió que cada lector imaginara los espantos que quería imaginarse tras leer las líneas de Lovecraft. No era una pedantería, era la única forma posible de que el experimento triunfara. El guión era el propio relato, casi sin modificaciones, sin apenas diálogos. El resultado confirmó lo que en Mort Cinder se había previsto diez años antes, en 1962: que Breccia era, probablemente, el mejor dibujante de cómics de la historia.
A su vuelta a Argentina descubrió que no hacía falta sumergirse en la oscuridad de Lovecraft para encontrarse con abominaciones. Los asesinatos de fascistas y comunistas aumentarían de forma exponencial, Perón moriría y un golpe de Estado abriría el coto de caza de una vez por todas. Y su mano Oesterheld sería uno de los primeros en caer bajo el olor de la pólvora. Volviendo a la pregunta del anterior “Tíndalos” no hay ficción más terrible que la más terrible realidad, me temo.

Los mitos de Cthulhu, de Lovecraft, Breccia y su yerno Buscaglia, han sido editados con esmero por Sins Entido y marcan una de las cúspides de la experimentación dentro del cómic, y eso que data de hace treinta años.

15 comentarios:

Antonio dijo...

"Hace 30 años", hombre Monsieur Kaplan, lo sorprendente sería encontrar algo vanguardista fechado en 2002. Toda historia que habla de una influencia me resulta interesante. Tú que controlas podrías escribir algo sobre el viaje de influencias USA-Francia-USA desde Poe hasta Auster pasando por Baudelaire o Mallarmé. Si no lo haces tú, "alguien" lo hará.

Mr. Kaplan dijo...

La conexión Auster-Mallarmé es evidente, por no hablar de la descaradísima Poe-Baudelaire. Pero no se queda ahí, habría que investigar a Auster-Chateaubriand y una que me gusta de principio a fin: miller-mailer-delillo-palahniuk. Algo había pensado, pero pedid y se os dará, aunque me temo que voy a tardar un pelín.
Y créeme, Antonio, te sorprendería ver las vanguardias que se dan actualmente en el comic. Teniendo en cuenta la juventud del medio, digamos que ahora van por su particular ulises de joyce

Hölderlin dijo...

Qué atento y qué formal se te ve en clase de Mirón. Claro, desde que tienes el VBV: ¡Víctor, Banco, Víctor! Lo dejo, que me ve.

Antonio dijo...

Sí, son nexos evidentes, lo interesante es el recorrido entre puerto y puerto.
Por cierto, Banco VICTOR, 5% de interés en cada clase...desde el primer mes.

Mr. Kaplan dijo...

Sí, hölder, ha sido, como lo de "La vida, la vida, erecciones!!!" que diría antoñito. Demoledor el economista

Mr. Kaplan dijo...

Y el interés disminuye mes a mes...

Anónimo dijo...

La vida disminuye mes a mes, el interés jamás existió a no ser que ella sonriera.
Las conexiones son evidentes sobre todo las miller- mailer y cia. Lo dificil sería buscar una conexión Exupery-Palahniuk (aunque si la rosa pincha puede ser xq el prepucio de Jesus te haya elegido xa ser la boa del principito).
Las conexiones entre autores son faciles, lo dificil es esto: como un matématico con tratados casi ilegibles escribe un cuento que se inventa mientras navega por el Támesis con una niña de 10 años de la que está enamorado llamado Alice. La vida es caótica hasta para los que lo intentan.

Mr. Kaplan dijo...

Un matemático pederasta, cabría añadir. Y sí, chulo también el tema de las relaciones imposibles. ¿Qué te parece Cabrera Infante-Coetzee?

Pablo dijo...

De los dibujantes argentinos reivindico a Quino, y no solo por Mafalda -que es genial- sino por toda su obra.

Tuve la oportunidad de conocerle en una reciente firma de libros en Madrid y, ademá de un magnífico dibujante, es simpático.

Antonio dijo...

Cojones qué poco respeto para con Luis Zanahoriall (lamento el chiste, estoy bajo la influencia de algo automedicado). Yo creo que en la univ. Oxford es fácil que se te ocurra algo bueno que escribir, con todas esas bibliotecas y las narcosalas de profesores. Hay mil ejemplos: Carroll, Shelley, JRR...cada cual más desquiciado y pervertido. Una cantera magnífica, yes sir.

Antonio dijo...

Tanto Cabrera Infante como Coetzee son eructos proyectados por Hemigway hacia el futuro (creo yo)

Pablo dijo...

Bonita imagen la de los eructos proyectados.

No me puedo quitar a Barney de la cabeza.

GANZUAS dijo...

Bueno, antes de morir(no sé si por la gripe o por el tono que está tomando esto) he de revindicar a Mark Millar(el cual tendrá su homenaje pertinente). Eso sí que es un autor y nada de maricones como Exupery,Tolkien.
PD:A Hemingway y Carroll les admiro por sus "bonitas" obsesiones.

GANZUAS dijo...

Las obsesiones de Exupery y Tolkien no son valorables.Por si acaso.

Mr. Kaplan dijo...

Mark Millar, hummm, valoras lo valioso, amigo Ganzúas. Tiene tanto material interesante (Authority, Ultimates, Wanted) que se antoja carne de post, sí señor, aunque me temo que va quedar pelín friki, pero aquí hay que mojarse, vive Dios.