domingo, 24 de diciembre de 2006

Las películas que yo querría dirigir


Hay películas de acción y películas de acción. Y eso que el género de acción es realmente difícil de acotar: ¿pertenecen a él Aliens o Batman Begins? ¿e Infiltrados? Las hay que no son más que puro divertimento, adrenalina y sinrazón, acaso un guión ingenioso (san Shane Black), siempre un protagonista carismático. Como dice Alan Moore, las amamos en silencio y no pensamos que sea necesario nada más (vale, Moore no decía eso de las películas de acción sino de las mujeres, ¿y qué?). Sin embargo, hay otro tipo de películas de acción que podríamos denominar existencialistas. Y en este sub-género, el rey indiscutible es Michael Mann.
Dejemos a un lado El dilema, Ali, o incluso aquella primera versión de El dragón rojo. Centrémonos en sus obras características. Heat. Collateral. Miami vice. Películas todas ellas secas, en las que notas la dureza del bloque de hielo en el que fueron pulidas. En el fondo son una sola: aquélla en que sus personajes están atrapados en el rol que Mann les ha preparado y del que no pueden ni quieren escapar, porque son los mejores en lo que hacen, están dispuestos a llevar hasta el final la situación y, sinceramente, se la suda que el Altísimo se interpusiera entre ellos y su meta, porque dispararían antes; en la que esos mismos personajes no son más que piojos del verdadero protagonista, la ciudad, los rascacielos, no sus inquilinos, ésa es la actriz principal, y su papel es observar la soledad y la tristeza de sus parásitos, cómo se matan sin solución, cómo les consume su propia soberbia, pequeños, altaneros e intrascendentes microbios. No hay en esta película de películas apenas acción, pero, cuando aparece, es brutal, espectacular y cruda (difícil paradoja, pero conseguida gracias a su buen hacer y a detalles muy atinados como el uso de la cámara digital a lo Dogma en películas de tiros), y sus finales no lo son en realidad, simplemente la cámara deja a esos serios personajillos y se va a otro lado, mientras la ciudad continúa con su ritmo perpetuo. El más difícil de los métodos para acabar un filme, pero también el que me resulta más satisfactorio, qué queréis que os diga. Por eso Michael Mann hace las películas que me gustaría hacer a mí.

8 comentarios:

Antonio M. Figueras dijo...

Bienvenido, Mr. Kaplan

Antonio dijo...

Yo también reedito mi Bajo el Billete, me habrá dado envidia o es que tengo demasiadas horas de hastío delante del ordenador. Nos veremos por aquí

Antonio dijo...

Sigo pensando que objetivamente el género de acción está bastante descuidado para cualquier Olimpo..

La omnipresencia de la ciudad y sus repercusiones, como sabemos, tampoco es de una originalidad imponente. Bueno, quizás en Hollywood sí.

Jim Jarmusch hace las pelis que me gustaría dirigir a mí, creo.

Dafaka dijo...

Algo que no comentas,mi buen kaplan,son las relaciones de parejita que hay en sus peliculas.El ultimo mohicano,que cada vez que la veo me da ganas de echar a correr por el monte,tiene pocos dialogos romanticos pero muy sinceros.Los personajes se dan cuenta,con todos los muertos que van dejando atrás,que o espabilan o la van a palmar antes de estar con su amado/a.
Y sobre la acción y todo eso,totalmente de acuerdo.La escena de la discoteca de Colateral,pero también la escena de las miradas en la lancha de Miami Vice.Este tío lo tiene tó.

Mr. Kaplan dijo...

Es que Dafaka, para mí que eres un poco indio (Deuntajo, creo que así se llamaba uno de los protas de El último mohicano, qué nombre más cojonudo).
Efectivamente, Antoñito, el cine de acción no está para muchos Olimpos (a no ser que creemos el suyo propio), pero en mi opinión Michael Mann es la excepción que confirma la regla, precisamente porque usa el género de acción para sus objetivos argumentales, no como mero objetivo. Y además filma acción como el mismísimo Jehová (que dirían en La vida de Brian).
En cuanto a Jarmusch, desde aquí me declaro un friki de tres al cuarto porque no he visto demasiadas pelis suyas (Stranger than paradise, Noche en la Tierra, Coffee and cigarrettes y Broken flowers). Un perro verde, me parece el amigo. Eso sí, incluso él, sancta sanctorum del culturerío, se ha atrevido con el cine de acción, y de qué manera: 1. El protagonista es negro. 2. Gordo. 3. Samurai. 4. Lo interpreta ese totem del cine de acción que es Forest Whitaker. Y es que ya puestos..., ¿verdad?

Antonio dijo...

" -¿¿Cómo ha dicho que se llama ese hombre??
- Ghost Dog, señor
- ¿¿Ghooooost Dooog??"

Supermítica, aunque todavía no he sido capaz de emitir un juicio para mí mismo sobre ella. Todo ese rollo orientaloide mezclado con sangre. Hombre, más sesudo que Jet Lee o Jackie Chan era, aunque fuese gordo y negro...

Antonio dijo...

...y globo de oro al mejor actor dramático 2007. Negro 1-0 Almodóvar. Si es que Jarmusch debería sustituir a Mijatovic como director de castings en el Bernabéu. Imagínate una pareja de centrales Whitaker-Cannavaro...

Mr. Kaplan dijo...

Sería algo así como il bello y la negra bestia, no?