jueves, 13 de julio de 2006

El hombre de acero y el director correctito

Partamos de la base de que nunca me ha gustado Superman. No al menos como personaje, aunque sí como concepto base. Es sin duda el paradigma del superhéroe, una especie de Dios entre los hombres, alguien que vela por la humanidad sin recibir nada a cambio y que siempre acaba triunfando. Vale. Ahí se acaba la gracia de Superman. Porque el problema de este personaje es, precisamente, él mismo. El ser alguien invulnerable y el protagonista de una serie de superhéroes hace que pierda toda emoción, ya que sabemos de antemano que nada le puede dañar y que, por tanto, ganará siempre. Sí, es verdad, también está lo de la kriptonita, pero bueno, eso está bien para un par de números, no para tirarse casi un siglo sacando aventuras del tipo en el que deba recurrirse siempre a la kriptonita. Un coñazo, vamos. Por no hablar de que vive en una ciudad de cretinos que no son capaces de descubrir la personalidad secreta de Superman cuando su único disfraz son unas gafas. Y para terminar de arreglarlo, resulta que su archienemigo es un tarado calvo. ¿Cabe mayor desequilibrio entre adversarios? ¿Un dios frente a un calvo?
Así, pues, acudí ayer a ver Superman returns con la sensación de que la película iba a tener que ser muy, muy buena para que lograra cautivarme esta nueva entrega del Salvador asexuado de leotardos azules. Lo único que parecía asegurar que no sería mala es que estaba dirigida por Bryan Singer, responsable de la muy notoria Sospechosos Habituales, de la interesante Verano de corrupción y de las dos primeras y correctas entregas de los X-men. Y digo bien, correctas, porque, a pesar de su llamativa ópera prima, lo cierto es que el carácter creador de Singer parecía haberse atemperado en los últimos tiempos. Es indudable que tiene cierto estilo que se hace patente en todas sus obras, pero es un estilo amordazado, como con miedo de trascender, de llamar la atención. Lo que llamaríamos un artesano de Hollywood, pero, en este caso, un artesano autoimpuesto, autocensurado. Una cosa un tanto fea, a mi parecer.
Y lo que me encontré fue con una mezcla de estos dos factores ya descritos en los que cada uno da lo peor de sí mismo, y en el que lo único que de verdad vi con agrado fue la interpretación de Brandon Routh, que en algunos momentos resultaba un calco del finado y entrañable Christopher Reeve. El resto no son más que dos horas y media (por tanto, no son más ni menos) en las que el equipo de guionistas hace gala de un desconocimiento total del personaje y de cómo elaborar un guión como Dios manda. Porque en semejante ladrillo, en una película de extensión tal, se permiten el lujo de no dar ninguna explicación de cómo se ha llegado a ese punto de la historia y de dejar al final enormes cabos sueltos, por no hablar de que intentan llevar una estructura clásica de planteamiento-nudo-desenlace y se olvidan del desenlace. Es decir, en una película como está no hay clímax, no hay enfrentamiento entre protagonista y antagonista, retratado aquí de forma miserable como un vulgar memo que se enriquece a base de heredar fortunas de viejas con las que se casa y cuyo plan maestro (que no voy a destripar) es lo más ridículo que había oído desde aquello de la paz bisónica de Street Fighter (ver post correspondiente), claro que aquello era un joya del humor y esto no. Por lo demás se desprecian las posibilidades que podía ofrecer el personaje de Superman (que ya he dicho que me parecen limitaditas, pero es que ni por ésas siquiera), al que sólo se le hace cargar con cosas cada vez más grandes (un avión, un cacho de roca, medio yate, bla, bla, bla) y se da al espectador -repito- dos horas y media de tedio en el que sólo hay una escena de acción relevante y está a la mitad de la cinta, una nueva muestra del despropósito que es el guión, rematado por unos veinte minutos finales absurdos e innecesarios.

Fría, blanda, aburrida y lela, Superman returns supone una decepción hasta para quienes íbamos pensando desde el principio que no nos íbamos a encontrar con nada del otro mundo. Compararla con las dos entregas de Spiderman y, sobre todo, con Batman Begins, provoca un vértigo que ni siquiera se merece. Ahí queda eso.

10 comentarios:

Kafeinon dijo...

toma cabezazo en la S!!!!!eres un radical, como todavía no la he visto te diré una cosa:

porqué a superman siempre le llaman el hobre de acero? entonces, pq no le llamamos steelman?

y aquí con cluye mi reflexión acerca del superman. El regreso.

Pablo dijo...

Siempre me ha llamado la atención eso de que la personalidad secrete la ocultase con unas gafas. Los de Metrópolis están atontados. Mira ese Thor, que con el bastón y el martillo cambia radicalmente... En fin.

No he visto la película y se me están quitando las ganas después de leerte.

Salu2

GANZUAS dijo...

Bueno mi reflexión acerca de la película la dejo para después de comer. Pero que quede claro que lo de las gafas no es tan llamativo. Me explico, yo me pongo las gafas y parezco normal. A veces.

GANZUAS dijo...

Hay varias razones por las que debería odiar esta película, pero no me voy a dejar llevar. Primero, la idea de la peli no me parece tan mala como mal desarrollada. Aunque claro si falla el desarrollo pues menuda tela. Sobran secuencias estupidas a punta pala. Sobran guiños. Sobre tanto remake. En definitiva, sobra metraje. Falta originalidad y profundidad, alguien debería leer el Superman de Morrison y Quitely. Aun así hay secuencias molonas que sólo se pueden hacer en estos tiempos que corren. Spacey está bien, Routh está bien, Lois Lane me da asco. Cíclope me cae mal. Bryan Singer es una nenaza, al cual no le gustan los comics, y en ningún caso comparable a Sam Raimi o a Nolan. Acabo, y digo que hay que ir a verla sólo por un par de secuencias que merecen la pena. Añado, y pregunto ¿de qué coño está hecho el traje de Superman que no se rompe?.

Mr. Kaplan dijo...

Una mezcla de algodón y polietileno al 20%. Todo el mundo lo sabe, Ganzúas. Y lo de James Marsden (Cíclope) ya es de traca. El chavalín parece haberse abonado a los papeles de calzonazos triste al que todo dios le pone los cuernos y le da de ostias aun siendo un tío cool y perfectito. En serio, en Superman sólo falta que su hijo le pegue dos leches y le atropelle una moto mientras ayudaba a cruzar la calle a una entrañable abuelita. Patético individuo, vive Dios.

Mr. Kaplan dijo...

Y tú con gafas pareces un borracho, Ganzúas, menos lobos

GANZUAS dijo...

Yo quería ser normal.

GANZUAS dijo...

Como no sé donde ponerlo, permitidme que haga aquí una mención freak, para el que le interese, sobre un asunto impactante.
La gran serie Astonishing X-Men escrita por Joss Whedon actualmente, va a cambiar de guionista en breve. Y aquí viene lo impactante, los candidatos a sudecer a Whedon son: Alan Moore, Stephen King, Ronald Moore(de Battlestar Galactica), y Marti Noxon y David Fury(también guionistas de Buffy y Angel). La noticia es como para cagarse... no sé si de miedo o de alegría.

Mr. Kaplan dijo...

Pues sí, con tu permiso, me voy a cagar.

Anónimo dijo...

yo llego tarde a la discusión,pero ejque
pa ké

De acuerdo contigo en casi todo,aunque no mencionas algo básico:Lois tiene bigote,el muñeco de superman canta un huevo y no hay robots gigantes.Ah,y dicen que la secuela puede que se vaya a la mierda,como debe ser