
Mis niveles de friquismo me impulsaron a comprarme en Bruselas el disco de Tool aun sabiendo que no lo escucharía hasta la vuelta de Madrid. Pero ya sabéis que las ansias del consumista son difíciles de controlar. Además me daban una gorra que no me pondría jamás y una pegatina, así que no pude resistirme.
Y desde que volví, obviamente, no he hecho otra cosa que escucharlo. Como ya conocéis quienes habéis escuchado a este grupo en alguna ocasión, sus composiciones necesitan unas diez escuchas para empezar a adentrarte en ellas. Yo voy por la tercera y empiezo a enterarme.
Han pasado muchos años desde la última vez que este grupo de tipos ocultos bajo la penumbra de sus canciones se reunieron para grabar aquel Lateralus que contenía maravillas como The grudge o Reflection. Después de todo ese tiempo los rumores hacían referencia a que el grupo había desaparecido o que simplemente Maynard James Keenan lo había dejado para explorar nuevas cosillas con A perfect circle. Mañana sale en España, cinco años después, 10.000 days. Y qué queréis que os diga, vuele a ser impresionante.
Allí donde Aenima era duro y seco y Lateralus recargado y meloso, 10.000 days se presenta como lo más directo que se escuchaba de este grupo en mucho tiempo. Ya desde la primera canción, Vicarious, se nos alerta con un comienzo bien clarito que es hora de despertar y entrar en este sonido en el que Keenan se deja llevar por el sonido más accesible de A perfect circle (ya sabéis lo accesibles que son los de A perfect circle, pero aún así son más fáciles de escuchar que Tool, vamos), en las que las melodías vocales son incluso más trabajadas que en el reto de trabajos de las banda. Mientras, el otro puntal mayor del grupo, Danny Carey, continúa reafirmando aquella teoría de que es el mejor batería desde que se nos fue John Bonham. En esta ocasión, como ocurre con MJK, su despliegue de ritmos tribales y percusiones de todo tipo es aún mayor que de costumbre. Y también mayor que de costumbre es la influencia de King Crimson en sus composiciones (volvemos al principio del disco, pero también a ese impresionante medio tiempo que le da nombre y a los efectos arriesgados de la guitarra de Adam Jones que se escuchan durante todo el disco), quizás consecuencia de esa gira descomunal que hicieron hace pocos años. De hecho, estoy por decir que Tool son hoy una versión mejorada y contemporánea de los Crimson, más centrada en la dureza que en lo meramente onanista, quizás.
En fin, qué queréis que os diga, que como no me acrediten para el Festimad y me los pierda me la corto.
Tool, el grupo de referencia en la música actual, rompen mañana su silencio con 10.000 days, otro disco de música densa inexpugnable para la mentalidad de pensamiento/comida/vida fácil que nos rodea. Impresionante, asimismo, el libreto, una muestra más de cómo se lo curran Keenan y compañía.
1 comentario:
Oiga que el Festimad este año es gratis, ai supous. En cuanto a Tool, y su nuevo disco, comentarelo cuando escuchelo.
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